En tiempos de crisis como la actual, quizás con todavía mayor sentido cobra relevancia preguntarnos: “¿por qué estoy haciendo esto?”. Esta pregunta, en ocasiones mal vinculada con temas más rebuscados que prácticos, puede hacer la diferencia en nuestras actividades diarias y, más importante aún, en nuestras vidas. ¿Por qué? (¡Nos encanta esta pregunta!) Simple, porque le da sentido a lo que hacemos, pues se conecta con nuestro propósito, aquello que tiene relación con nuestra razón de existir y aspectos más profundos que nos hacen personas únicas en este mundo.
Del mismo modo, así como en las personas, esto pasa en las empresas y, dentro de estas, cada vez hace más sentido el forjar una cultura empresarial con un propósito súper fuerte, ya sea para tener una meta más ambiciosa por la cual luchar, para diferenciarse de la competencia, dejar un legado, o propiciar mejores formas de atraer y retener el talento.
Según un estudio de EY (antes Ernst & Young), un 73% de las empresas líderes cree que es fundamental tener un propósito como brújula para navegar en tiempos de disrupción y un 68% de las mismas afirman que lo integran en sus organizaciones para innovar con más agilidad en tiempos de disrupción.
En el mismo sentido, de acuerdo al informe 2020 Global Marketing Trends de Deloitte, se explica que un 80% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por una marca que aumente su responsabilidad social y medioambiental. Interesante para considerar entonces, ¿o no?
Por si no queda claro, el autor de “Prosperity: better business makes the greater good”, y director del Programa “Futuro de la Empresa” de la Academia Británica de Ciencias y Humanidades, Colin Mayer, sostuvo recientemente en Diario Financiero que “la idea de propósito es muy significativa en la actual crisis: primero, ofrece una guía sobre cómo deberían actuar las empresas en el escenario actual, por ejemplo, produciendo equipo sanitario, ventiladores mecánicos, etc. En muchos aspectos, este es el momento para que las empresas se pongan a la altura y demuestren su compromiso”, mencionó, en relación a la crisis de salud actual como consecuencia del COVID-19.
La impresión actual de Meyer se suma, de este modo, al manual redactado para el Foro Económico Mundial en enero de este año, en el cual explicaba que reemplazar el interés de los accionistas por este nuevo “propósito” implica cambios radicales en todos los aspectos de la empresa: su gobierno corporativo, su estructura, política de inversiones, la relación con sus trabajadores, el gobierno y la comunidad.
Considerando todo esto y las oportunidades que se presentan hoy en día para formar compañías más conscientes y que consideren la opción de generar impacto más allá de lo netamente económico, ¿te queda clara la importancia del por qué? Si todavía tienes dudas, te recomendamos ver la charla TED de Simon Sinek llamada “How great leaders inspire action” y disponible en Youtube.
¡Vamos por más personas, proyectos y empresas con propósito!